Por increíble que parezca, hubo vida antes de las Redes Sociales
Por muy difícil y remoto que parezca, hubo un tiempo en el que las personas amaban, comían y viajaban sin dar cuenta de ello en las Redes Sociales, básicamente, porque estas no existían.
Las Redes Sociales, fueron irrumpiendo poco a poco en nuestra vida, para llegar a convertirse, en muchas ocasiones , en el verdadero protagonista de nuestra historia, o al menos, en el notario de la misma. Y es que, se nos hace imposible concebir un viaje sin subir fotos a Facebook, una cena sin colgar la imagen en Instagram o acudir a un concierto sin publicarlo en Twitter.
Las Redes Sociales son maravillosas, y sabemos lo positivas que son para las marcas y las empresas, y los buenos usos que se pueden dar de las mismas, el peligro está, en llegar a depender tanto de ellas, que olvidamos lo importante para centrarnos sólo en publicar.
Y antes de continuar con esta reflexión y en parte crítica, he de confesar que yo me he visto reflejada en muchas de las situaciones que planteo a continuación, de ahí que haya considerado oportuno, pararme a pensar en el peso que tiene la vida on-line sobre la off-line, porque he de confesar, que más de una vez he querido visitar un sitio bonito, he preparado una cena muy cuqui o he pensado mucho mi look, solo por publicarlo después en Insta, ¿Sabéis de que os hablo, verdad?
Dicho esto, y entonando el mea culpa, comienzo con mi reflexión acerca del uso e importancia que muchas veces damos a las RRSS.
Se puede estar enamorado y no publicarlo en Redes Sociales.
«¿Oye por qué nunca publicas una foto nuestra?» «¿Amor, por qué no posteas en Instagram lo mucho que me quieres?» Seguro que más de una persona al leer esto, se siente perfectamente identificado, ¿verdad? Muchas veces necesitamos reforzar y reafirmar nuestros sentimientos a través de las Redes Sociales, y es más, deseamos y esperamos que nuestra pareja haga lo propio. He de confesar, que soy una romanticona empedernida, y que me encantan las muestras de amor, pero también sé a ciencia cierta, que se puede estar enamorado hasta las trancas y vivir románticos momentos cada día, sin publicar todos y cada uno de ellos en las redes.
El peligro de no disfrutar del momento por buscar los hashtag perfectos.
La locura por conseguir más likes, retuits o fotos compartidas, nos lleva a volvernos locos buscando los hashtags perfectos. Muchas veces estás con los amigos en un paisaje increíble o viviendo un divertido momento, y ves como uno de ellos, lleva 5 minutos pegado al móvil, editando, recortando y subiendo la foto perfecta, para continuar con una amplia selección de hashtag que le garanticen un éxito a su publicación, sin darse cuenta, que todo lo que ha pasado en esos 5 minutos, ya no lo va a volver a vivir más, eso sí… tendrá asegurados un buen puñado de likes :).
¡Puedes llegar a saturar a tus amigos y seguidores!
A veces es necesario que alguien diga «STOP». Sed sinceros, ¿cuántos de vosotros no tenéis un amigo/a que publica 10 veces al día? En estos casos, nuestros familiares o allegados necesitan ayuda que debemos proporcionarles. En primer lugar, que se den cuenta que no es necesario publicar cada paso que dan, tenemos que lograr que se conciencien que es mejor ser selectivo, y elegir cuidar sus publicaciones, en primer lugar por ellos mismos, y en segundo lugar, por sus seguidores, que muchas veces se verán obligados a silenciar sus actualizaciones o incluso a dejar de seguirlos.
No renuncies a tu intimidad…
Compartir es una de las cosas más bonitas y positivas que tiene la vida. Todos los días compartimos infinidad de cosas con las personas que nos rodean, pero no debemos excedernos… En primer lugar, porque podemos arrepentirnos luego de hacer partícipes a todo el público de nuestra historia, nuestra vida o nuestras relaciones. Y por otro lado, porque a veces incluso, ponemos en peligro nuestra seguridad, como cuando compartimos la ubicación de nuestra casa y a la semana siguiente nuestra ubicación de vacaciones, dando pistas a los ladrones de que nuestra casa está vacía.O como en muchas casos, que gente que a lo mejor no quieres, sigue minuto a minuto cada uno de tus pasos.
Mi consejo es que no te sobre-expongas, y nunca muestres algo de lo que podrías arrepentirte, salvaguarda tu intimidad, y por supuesto, la de tus familiares y amigos, que muchas veces no deciden aparecer en estas redes.
Piensa antes de publicar, cualquiera podría llegar a verlo.
Sabemos que la instantaneidad y la euforia del momento, son dos elementos determinantes a la hora de publicar en las Redes Sociales, pero realmente, debemos pensar un poquito antes de hacerlo, y valorar y sopesar si es positivo publicar cierto contenido, si realmente queremos que «todo el mundo» se entere, y por supuesto, si no puede ocasionar algún perjuicio a nosotros o a otras personas. Antes de publicar, piensa siempre, sobre todo si tienes un perfil público, donde cualquier persona, puede verte (incluidos tus enemigos y tus jefes 😉
Vive, disfruta, aprovecha cada momento, y luego… si quieres lo cuentas.
De todos es más que sabido que el tiempo es el bien más preciado, que nunca se puede dar marcha atrás, ni revivir algo pasado. Por eso, es importatísimo vivir y disfrutar cada momento al máximo, algo que muchas veces se ve solapado por nuestra obsesión de publicar en las Redes Sociales. Y es que muchas veces hacemos fotos a paisajes, monumentos, ciudades, etc… para poder colgarlo y subirlo al momento con objetivo de conseguir muchos likes, y ni siquiera nos hemos parado a divisarlo, a contemplarlo y a disfrutarlo.
Es tal nuestro ansia por hacer saber a todo el mundo dónde estamos y lo que estamos viendo, que se nos olvida disfrutarlo y vivirlo. Y esto, es algo que pasa cada vez más a menudo, y no sólo con los viajes, también con los encuentros con amigos, las comidas, la cenas, lo momentos románticos, los conciertos, los partidos de fútbol… dejamos de vivir las experiencias para mostrárselas a otros, que paradoja ¿no?